jueves, 26 de noviembre de 2015

Consultas gratuitas para extranjeros sobre leyes y problemas de trabajo


Dia: Domingo 29 de Novienbre del 2015
Hora: 14:00~19:00
・Habra asesoramiento teléfonico por abogados.
・La consulta con intérpretes es gratuita.
・Problemas como Accidentes en el trabajo. Sobre el seguro de accidentes de trabajo en el trayecto de la casa al trabajo y del trabajo a casa.
¿No le pagan su salario o no le pagan las horas extras?
Despido injustificado y/o despido imtempestivo.
¿Le tratan mal, acoso sexual.?
・Pueden llamar extranjeros de cualquier parte de Japón.
・Hay intérpretes chino, portugues y español.
★ La consulta es confidencial ★
Teléfonos

Tokyo 03-6427-5902 Japonés, Español y Chino
Nagoya 052-414-5901 Japonés, Portugues, Español
Osaka 06-4708―3631 Japonés, Chino.

Hiroshima 050-3136-5250 Japonés
COMO CONSULTAR
1. Llame a uno de los números telefónicos que aparecen arriba.
2. Las personas que pueden hablar japones, consulten en japonés. Las personas que desean consultar en Chino, Portugues y Español, comunique así a la persona que responda el teléfono.
3. En caso de que el interprete este atendiendo otra llamada, nosotros le devolveremos la llamada a usted.
Organizadores

・Asociacion de Abogados para trabajadores extranjeros
http://grb2012.wordpress.com/
・Grupo de abogados para trabajadores aprendices http://kenbenren.www.k-chuolaw.com/
・Grupo de estudio “imigrantes” http://migrant-worker.org/

Fuente: https://www.noticias.jp/archives/35459

La mantequilla se convierte en un bien de lujo en Japón por el alto precio de la leche

Un paquete de 200 gramos cuesta 3,32 euros y el Gobierno abre la puerta a la importación

La mantequilla se convierte en un bien de lujo en Japón por el alto precio de la leche


La mantequilla va camino de convertirse en un producto de lujo en Japón ante su prolongada escasez y persistente subida de precios, que responde al descenso de la producción lechera nacional y a las barreras a la importación. Según informa el diario Nikkei la mantequilla alcanzará precios récord en Japón este invierno, especialmente ante la llegada de la temporada navideña, que motiva un aumento de la demanda para la elaboración de dulces y tartas. El rotativo pone como ejemplo el precio medio que en octubre alcanzaba en Tokio un paquete de 200 gramos de mantequilla salada: 434 yenes (3,32 euros/3,54 dólares), lo que supone un 4 por ciento más con respecto al mismo mes de 2014 y un 12 por ciento comparado con octubre de 2012.
   Los productores de lácteos japoneses subieron los precios la pasada primavera debido a la caída en la producción de leche cruda, que ha venido dada por el incremento de costes derivados del abaratamiento del yen frente a otras divisas de referencia y al encarecimiento del grano que compone los piensos que Japón importa.
    También a la caída de productores ante la progresiva despoblación de las zonas rurales en el precios. Los distribuidores a su vez han incrementado su margen ante la inestabilidad del suministro.

Se abre la puerta a la importación, pero al final sale más cara que la nacional

    Ante esta situación, el Gobierno nipón ha decidido esta semana condonar las barreras arancelarias que activa el archipiélago cada vez que el cupo anual de importación -que se superó el pasado octubre- rebasa las 11.155 toneladas, una medida a la que Japón ya recurrió en 2011 por los efectos del seísmo y tsunami de aquel año.
    El Ejecutivo nipón, de hecho, ya ha importado unas 10.000 toneladas desde enero para tratar de paliar la escasez, aunque los precios de estas partidas resultan aún más costosas que la mantequilla fabricada en Japón.
    Tal y como detalla Nikkei, un paquete de 160 gramos de mantequilla neozelandesa puede alcanzar actualmente en Japón un precio de venta al público de casi 500 yenes (3,83 euros/4,08 dólares).

Fuente:www.agroinformacion.com

domingo, 8 de noviembre de 2015

Geishas: una vida de sacrificio en nombre de la cultura japonesa

Cómo es la vida de las chicas japonesas que desde los 15 años cambian su vida moderna por una anclada en una tradición milenaria

En el mundo recluido de los barrios de geishas de Kioto, donde nada parece haber cambiado desde el siglo XVII, jovencitas llevan una vida de asceta para preservar en todo su refinamiento el arte y la cultura de Japón.
Enfundadas en sus largos kimonos, con sus rostros maquillados sobre una espesa base blanca, las geishas, o más bien "geikos", de la excapital imperial, caminan con elegancia por las calles adoquinadas del barrio de Gion, para asistir a sus citas en las casas de té.
Éstas abandonaron la escuela a los 15 años, para comenzar primero como empleadas domésticas antes de convertirse rápidamente en "maikos", o sea, aprendices de geisha. Durante los cinco años siguientes reciben una sólida formación en danza tradicional, instrumentos musicales japoneses -el laúd y el shamisen de tres cuerdas- así como también en protocolo y el arte de la conversación.
Hacia los 20 años reciben el título de "geiko". Su oficio es entonces el de entretener y divertir a huéspedes pudientes, sobre todo en cenas o banquetes.Éstos, en su mayoría políticos y hombres de negocios, por lo general no saben cuánto cuesta una velada con una de las 175 "geikos" de Kioto hasta que reciben una factura por un monto exorbitante.

Vencer el desánimo
"La gente imagina el 'glamour', pero es mucho más que una dura prueba", confía la célebre geiko Kikumaru, arrodillada en los tatamis de una casa de té de Kioto, en una poco común entrevista con la prensa, acordada recientemente a la AFP.
"Una sacrifica su adolescencia para convertirse en geisha y a veces querría tirarlo todo por la borda. Pero hay que vencer este sentimiento", afirma Kikumaru, de 31 años.
Un ejemplo cruel es encontrarse de manera fortuita siendo aún aprendiz con coetáneas en la escuela. "Cuando una maiko se dirige a un banquete y se encuentra con un grupo de escolares de su edad en uniforme, se imagina que se van a cenar juntas alegremente mientras ella estará agachada sobre un tatami. No tiene ninguna vida privada y comparte un dormitorio con otras tres o cuatro chicas", cuenta Kikumaru.
"La geiko tiene como deber proteger y prolongar (en el tiempo) la cultura y las tradiciones japonesas que desaparecen progresivamente", explica en el dulce dialecto de Kioto. "Debemos velar por la imagen que proyectamos. Cuando salimos, siempre debemos cuidar nuestra manera de caminar y nuestro comportamiento. Tenemos prohibido estar en Facebook y todo lo que se le parezca", continúa.
Por supuesto, nada de ser vistas comiendo papas fritas. No obstante, en un gesto de hermanas mayores comprensivas, las geikos encontraron una solución para sus aprendices. "Una maiko no puede ir a un 'fast-food' o a una boutique de moda donde se vendan minifaldas. Pero, llega un momento en que se mueren de ganas de comer papas fritas", sonríe Kikumaru.
"En tal caso, nos ponemos un jean y salimos de incógnito para comprárselas y que se las coman secretamente en casa", explica.
Una confidente

La percepción que se tiene de las geishas frecuentemente está muy lejos de la realidad y numerosas colegas de Kikumaru se horrorizaron con la película Memorias de una geisha, estrenada en 2005 -inspirada en la novela de Arthur Golden- que daba una imagen de ellas como mujeres de vida ligera.
Si bien geishas de otras partes de Kioto y Japón en el pasado propusieron relaciones sexuales a sus clientes, las de Gion se quejan de que los extranjeros las confunden con prostitutas.
"Las películas exageran, por supuesto. Pero, ¿cuál es la verdadera vida de una geisha? íBueno, un poco de todo!", ríe Kikumaru.
Es cierto, "hay mujeres que ejercen un oficio diferente al de una geiko", dice púdicamente. "Sin embargo, hay una tendencia a meternos a todas en la misma bolsa", añade, insistiendo: "no hay intimidad física (...), una geiko es una confidente".

Y su relación con los hombres no puede ser la de sumisión que se imaginan, deja entender Kikumaru. "Las geishas de Kioto eran originalmente hijas de samuráis. Cuando el sistema feudal se desmoronó, estas jóvenes, por sus cualidades y la gracia que les brindaba su origen social, adquirieron este arte de divertir para apoyar a sus familias, en las que se convirtieron en verdaderos pilares".
Y, si bien la geisha daba sus pasos pequeños detrás de un hombre, eso fue en tiempos pasados, de sables y soldados, porque era peligroso caminar adelante, afirma la geiko. "íEs de hecho algo muy galante!", apostilla.
via: http://www.lanacion.com.ar/