El de Sendai es el primer reactor que vuelve a operaciones desde el desastre.
Japón reactivó su primer reactor nuclear tras el desastre de la planta deFukushima en 2011 bajo nuevas regulaciones de seguridad.
Todas las plantas nucleares del país fueron clausuradas gradualmente tras una serie de fallos y fundiciones en la planta nuclear provocados por el tsunami y terremoto.
Pero después de pasar las nuevas y estrictas pruebas de seguridad, la empresa Kyushu Electric Powe reactivó el reactor número uno de su planta de Sendai el martes en la mañana.
Todavía hay mucha ansiedad pública por el regreso a la energía nuclear.
Ha habido protestas frente a la planta de Sendai y la residencia del primer ministro Shinzo Abe en Tokio, a unos 1.000 kilómetros de distancia.
El corresponsal de la BBC en Tokio, Rupert Wingfield-Hayes indica que después de que se dijo a la gente que un desastre como el de Fukushima nunca podría ocurrir, la confianza pública ha sido perturbada.
Un total de 25 plantas han solicitado su reactivación, dice Wingfield-Hayes, pero todas enfrentan desafíos legales de los habitantes locales.
"Primero la seguridad"
Kyushu indicó que el reactor No. 1 en Sendai comenzó a operar nuevamente a las 10.30 hora local.
El portavoz de Kyushu Electric, Tomomitsu Sakata, anunció que el reactorrecomenzó sus actividades sin problemas.
Indicó que se necesitarán 24 horas para que tenga lugar una reacción total, y que se espera que la planta comience a generar energía el viernes.
Alcanzará su capacidad total el próximo mes.
El primer ministro Abe dijo el lunes que los reactores habían pasado "las regulaciones de seguridad más estrictas del mundo".
Desde que se clausuraron todas las plantas nucleares, Japón ha estadodependiendo de la importación de combustibles fósiles para su energía, con un enorme costo.
La Autoridad de Regulaciones Nucleares de Japón aprobó el reinicio de dos reactores de la planta de Sendai en septiembre pasado.
Se han gastado más de US$100 millones en el establecimiento de los nuevos sistemas de seguridad en la planta de Sendai.
Se espera que el segundo reactor comience a operar nuevamente en octubre.
Pero los residentes locales afirman que las nuevas regulaciones de seguridad no son suficientemente estrictas. Les preocupan los riesgos potenciales de los volcanes activos en la región.
El terremoto de 2011, uno de los más poderosos que han azotado la costa de Japón, causó la muerte de 16.000 personas y más de 2.500 siguen desaparecidas.
Unos 160.000 habitantes fueron evacuados de las áreas adyacentes y debido a los continuos altos niveles de radiación la mayoría nunca han podido regresar a sus hogares.
Japón sufre el problema de tener 8 millones de casas vacías por todo el país. La caída de la población y la migración del campo a las grandes ciudades dejan un panorama de casas abandonadas. El Gobierno nipón ha dado potestad a la agencia estatal de vivienda para comprar casas, restaurarlas y sacarlas a la venta en el pequeño mercado de segunda mano.
Mientras otros países como en el Reino Unido sufren grandes problemas ante la escasez de vivienda, en Japón están luchando por evitar el aumento de casas abandonadas en peligro de derrumbamiento, las llamadas ‘akiyas’.
El gobierno nipón está tratando de levantar este tipo de viviendas con un nuevo modelo de negocio a través de la agencia estatal de vivienda, Katitas. La oficina compra directamente las viviendas a los propietarios, las rehabilita y las vuelve a poner a la venta totalmente reformadas.
El mercado de la vivienda nipón
El mercado de la vivienda en Japón tiene sus peculiaridades, diferenciadas de lo que conocemos en Occidente. Mientras en EE.UU. o Reino Unido el 90% de las viviendas que se venden son de segunda mano, en Japón solo suponen el 15% del total del mercado.
Otra de las mayores características del mercado japonés es que la mayoría de sus casas, sobre todo fuera de las grandes ciudades, sonviviendas prefabricadas de madera, un modelo poco establecido en Europa, destinadas a perdurar unos 30 años de media.
También tiene su peso en el mercado el fuerte arraigo de la cultura nipona. Cada generación disfruta de una vivienda que los descendientes derriban y vuelven construir sobre los anteriores cimientos pero siempre en los terrenos ancestrales de la familia.
El problema está surgiendo en los últimos años en los que la población del país está descendiendo y se abandona la vida en el campo para trasladarse a las grandes urbes niponas mientras se siguen construyendo nuevas viviendas. Las familias abandonan sus casas que quedan al libre albedrío de la naturaleza. Los terremotos, las hormigas y las termitas pueden acabar fácilmente con estas viviendas de madera si no se conservan bien.
Según el Instituto de Investigación Fujitsu, casi una de cada tres viviendas en Japón estará vacía para 2033 si se mantiene el actual ritmo de construcción, frente a un 23% de casas en stock si bajara el nivel de edificación de casas nuevas.
Pese a lo que pueda pensar un occidental, son casas agradables, confortables y muy útiles pero, sobre todo, son baratas. Katitas pide de media unos 8,98 millones de yenes, unos 65.400 euros, al cambio, por cada casa a la venta.
Un largo trabajo para Katitas
En los dos últimos años y medio, la agencia estatal de vivienda se ha hecho con más 3.000 viviendas. El 40% de ellas estaban vacías. “La mayoría de nuestras compras son viviendas procedentes de herencias. La mayoría de los herederos ya cuentan con casa propia y deciden vender porque no pueden mantenerla”, afirma Katsutoshi Arai, presidente de la agencia estatal.
“Las casas que vendemos son a menudo más baratas que alquilar”, afirma Arai, que compara los precios con los arrendamientos, que rondan los 30.000-40.000 yenes al mes. Arai concreta que los Akiya han pasado de ser un símbolo de la decadencia a convertirse en el camino para empezar una nueva vida para muchas familias.
La nueva ley estatal permite a los gobiernos locales penalizar a los propietarios de las viviendas en mal estado. Si no cuidan sus casas, las reforman o directamente las derriban pueden ser duramente sancionados.
El caso particular de Tokio
Mientras el país sufre este problema de la vivienda, Tokio se mantiene en su propia burbuja inmobiliaria. Con 38 millones de habitantes, el mercado residencial en esta megaurbe sigue en auge. Los precios han aumentado entre un 30%-50% desde 2012 en las principales zonas de la capital, mientras el índice oficial de precios habla de subidas del 20%.
Los estímulos masivos del Banco de Japón a una economía en crisis han reducido las hipotecas y han debilitado al yen, lo que ha favorecido que los inversores chinos pongan en ojo en el mercado inmobiliario en su vecino.
Tokio está absorbiendo en su periferia a la mayoría de las migraciones nacionales mientras el resto de país se sigue desgranando poco a poco
Mientras la mayoría de desarrollos tecnológicos de consumo se centran en telefonía y computación, en Japón se han propuesto mejorar la movilidad de las personas. Así, la compañía japonesa Cocoa Motors ha inventado el Walkcar, un dispositivo de la medida de un portátil con cuatro ruedas que permite desplazarse a una velocidad de hasta 10 kilómetros por hora.
El Walkcar es una tabla con cuatro ruedas capaz de soportar hasta 120 kilos de peso, y funciona de manera simple: tan solo subiendo en él el dispositivo irá en línea recta. Para girar, el usuario tiene que inclinar ligeramente el cuerpo, y para frenar, tan solo se tiene que bajar del Walkcar. El aparato alcanza una velocidad de hasta 10 kilómetros por hora, y puede recorrer hasta 12 kilómetros cuando sus baterías de litio están llenas. El usuario necesita unas tres horas para cargar por completo el dispositivo. Según se muestra en los vídeos, el dispositivo puede saltar pequeños obstáculos y subir cuestas, con la fuerza suficiente para empujar un carro con cajas. La start-up nipona ya ha desarrollado el primer prototipo del dispositivo con éxito, que comenzará a vender en octubre de este 2015 en modo de preventa, mientras que los primeros dispositivos para el gran público llegarán al mercado en primavera del 2016. El precio del Walkcar rondará los ¥100.000, unos 750 euro :
El primer ministro Shinzo Abe conmemoró el 70 aniversario del lanzamiento de la bomba atómica en Nagasaki renovando su compromiso con un Japón libre de armas nucleares
TOKIO, Japón, ago. 09, 2015.- El primer ministro japonés, Shinzo Abe, conmemoró este domingo el 70 aniversario del lanzamiento de la bomba atómica en Nagasaki renovando su compromiso con un Japón libre de armas nucleares, después de recibir críticas por no hacer la misma promesa en el aniversario de la bomba de Hirosihma la semana pasada.
Como la única nación del mundo que ha sufrido un ataque nuclear en tiempos de guerra, he renovado mi determinación de desempeñar un papel destacado en perseguir un mundo sin armas nucleares y mantener los tres principios no nucleares, aseguró Abe en el Parque de la Paz de Nagasaki.
Abe se refería a la política de Japón de no poseer ni producir armas nucleares ni de permitir que otros las lleven al país.
El ministro japonés de Defensa provocó una nueva discusión sobre la controvertida legislación en seguridad el miércoles cuando dijo que los proyectos de ley en trámite en el parlamento no descartarían el transporte militar de armas nucleares de fuerzas extranjeras.
El gabinete de Abe adoptó una resolución el año pasado reinterpretando la constitución pacifista, delineada por los estadounidenses después de la II Guerra Mundial, que permitía a Japón ejercer la autodefensa colectiva o defender a cualquier aliado bajo ataque.
Los impopulares proyectos de ley ya han sido aprobados en la cámara baja y el bloque gobernante de Abe también tiene mayoría en la cámara alta. Pero las encuestas muestran que la mayoría de los votantes se oponen a lo que sería un cambio significativo en la política de defensa de Japón.
Los medios japoneses informaron de que Abe no visitará el controvertido santuario de Yasukuni en recuerdo de los muertos de la guerra el 15 de agosto, que marca el 70 aniversario de la rendición de Japón ante los aliados en la II Guerra Mundial.
Abe es un visitante habitual del santuario y sus apariciones a menudo desatan la ira de sus vecinos asiáticos como China y Corea del Sur, que sufrieron la ocupación japonesa.
Incluso aunque no acuda a Yasukuni, podría estar aún bajo escrutinio si omite una disculpa en un comunicado que se espera que se difunda esta semana marcando el 70 aniversario de la derrota de Japón.
Abe ha dicho que el comunicado expresará arrepentimiento por las acciones de Japón en tiempos de guerra, pero los medios nacionales informaron durante el fin de semana de que la palabra disculpa no estará incluida.
Las declaraciones de Abe están siendo seguidas muy de cerca por China y Corea del Sur, donde los amargos recuerdos de la ocupación japonesa durante la guerra y la colonización aún son muy profundos, y también por Washington, aliado cercano de Tokio.
La compañía anunció que cambiará de estructura corporativa y ahora se llamará Alphabet. El motor de búsqueda mantendrá su nombre
(AFP). El gigante de Internet estadounidense Google anunció el lunes una reestructura corporativa al crear una nueva compañía llamada Alphabet en la que el motor de búsqueda será una de sus unidades.
Alphabet será la compañía paraguas que abarcará su centro tecnológico X Lab, la unidad de inversiones Google Ventura, las operaciones en ciencia y salud y la unidad Google de búsqueda, anunció el cofundador de Google Larry Page en un inesperado anuncio.
Alphabet reemplazará a Google en Wall Street y será dirigida por Page y Sergey Brinlos, cofundadores del grupo de internet.
“Nuestra empresa funciona bien actualmente pero pensamos que podemos hacerla más clara y más responsable. Creamos entonces una nueva sociedad llamada Alphabet”, dijo Page.
Alphabet tendrá a Page como director general y a Brin como presidente. Por su parte, Eric Schmidt, hasta ahora vicepresidente encargado de los productos de Google, asumirá la dirección general del motor de búsqueda.
Este nuevo Google, aliviado de actividades ajenas, conservará las actividades de búsqueda, publicidad, cartografía, aplicaciones, la filial de videos en línea YouTube y el sistema operativo móvil Android.
Todas las actividades periféricas, que el grupo desarrolló en los últimos años a un costo que inquietaba a algunos inversores, dependerán directamente del nuevo holding Alphabet.
En el dispositivo se instalaron 11 luces LED con longitudes de onda cercanas a la luz infrarroja en las zonas de alrededor de los ojos, que los usuarios pueden encender cuando no quieren que sus rostros sean detectados.
Investigadores japoneses han desarrollado unas gafas que mediante el uso de luces LED infrarrojas son capaces de bloquear las funciones de reconocimiento facial empleadas por cámaras digitales y programas informáticos.
Las gafas "PrivacyVisor", creadas por el Instituto Nacional de Informática de Japón (NII), "anulan la detección facial, que es uno de los procesos del reconocimiento facial, independientemente del medio con el que se recoja la información", explicó hoy a Efe el profesor Isao Echizen, responsable del desarrollo.
Para lograrlo, en el dispositivo se han instalado 11 luces LED con longitudes de onda cercanas a la luz infrarroja en las zonas de alrededor de los ojos, que los usuarios pueden encender cuando no quieren que sus rostros sean detectados.
Las luces con un espectro cercano a la luz infrarroja no son perceptibles para la visión humana, por lo que las LED son invisibles para una persona que esté situada frente al usuario.
Sin embargo, puesto que las cámaras convencionales sí detectan ese rango de luz, las LED se reflejarán en la fotografía como ruido creando unas diferencias de luminosidad en torno a los ojos que hará que el reconocimiento facial falle, explicó Echizen.
Actualmente, las cámaras cuentan con funciones que permiten incluir en los datos de las fotografías informaciones como la fecha y la ubicación en la que fue tomada.
"Si una persona puede ser identificada no será difícil encontrar otra información relacionada a través de internet, lo que supone una vulneración de la privacidad", opinó el investigador.
El NII tiene previsto empezar a comercializar las "PrivacyVisor" en junio de 2016, y estima que su precio superará los 30.000 yenes (unos 220 euros/240 dólares).
Para lograrlo, el instituto nipón y la localidad de Sabae (prefectura de Fukui, oeste) -principal núcleo de producción de monturas de gafas de Japón-, ha lanzado una campaña de financiación colectiva (crowdfunding) en la que ya llevan recaudados el 60 por ciento de los dos millones de yenes (unos 14.700 euros) requeridos.
Aunque actualmente el prototipo existente está hecho de resina, la versión comercial utilizará una montura de titanio y contará con un diseño más "moderno", indicó Echizen.
Poseen prestaciones similares a un smartphone, pero con teclado físico. Están pensados para el mercado asiático, donde han aumentado sus ventas incluso frente a los imbatibles teléfonos inteligentes.
No tienen grandes cámaras, poderosos procesadores ni enormes pantallas táctiles, pero al menos en Japón, están de vuelta.
Se trata de los antiguos celulares "clamshell", "flip phone", "plegable" o "almeja", dispositivos que fueron furor en los años 90 y que no sólo se resisten a morir, sino que en los últimos años han tenido un inusitado éxito en un mercado tan complejo y lleno de adelantos tecnológicos, como el nipón.
Mientras en el resto del mundo los modelos de Apple, Samsung o LG se pelean los primeros puestos de venta con características cada vez más revolucionarias, en Japón estos celulares aumentaron sus cifras de venta: por primera vez en siete años, crecieron en 10,5 millones de unidades (5,7%), frente a una baja de los smartphones, con 27,7 millones de unidades (5,3%), según un estudio de febrero de este año.
La tendencia, conocida como "Garakei" (galápagos por el aislamiento, y keitai por teléfono móvil en japonés), se conoce desde la época de la transición de Nokia a Windows Phone, donde muchos se mantuvieron con el sistema operativo antiguo, Symbian.
Aunque en absoluto esto implica que los smartphones vayan a desaparecer, es claro que aún existe una gran cantidad de usuarios que prefieren tener un modelo más simple a pesar que su época de esplendor fue hace 15 años. Entre las razones se cuenta el hecho que tras algunos años de deflación, los japoneses se decidieron por teléfonos tradicionales de menor precio y que entregaran servicios básicos, como llamadas, mensajes de texto, la posibilidad de revisar el correo y acceder a internet. Además, en comparación con los teléfonos inteligentes actuales, poseen una larga autonomía de uso.
Esto ha hecho que distintas marcas reaccionen ante la tendencia, presentando dispositivos con aplicaciones Android, sin enormes pantallas táctiles e incluso con conexión 4G. Aún así, su batería es más duradera que un smartphone promedio y los planes con las operadoras son más baratos.
Según LG, existen cuatro clases de usuario: quienes lo utilizan principalmente para hablar, sin juegos o navegación por internet; padres que desean que su hijo se mantenga conectado, pero sin distraerse por juegos; personas mayores que se incomodan con teclas virtuales en una pantalla; y usuarios que sólo de vez en cuando requieren de funciones inteligentes.
Nuevos celulares viejos
Durante estas últimas dos semanas Samsung y LG presentaron dos teléfonos "plegables", pero con las capacidades internas de un smartphone. Entre sus características, poseen la última versión de Android, cámaras frontales y traseras, conexión 4G, memoria extraíble y buena autonomía de batería. Tal como un teléfono inteligente, pero con el diseño de un celular de los años 90.
LG Wine Smart por ejemplo, posee un chip 1.1GHz de cuatro núcleos, pantalla de 3,2 pulgadas con resolución de 480x320, 1 GB de memoria RAM, 4 GB de memoria para almacenamiento, cámara principal de 3 Mpx, cámara frontal VGA, batería removible, sistema operativo Android 5.1.1 Lollipop, conexión 4G y un peso de 143g. Cuesta 170 dólares.
Por otro lado, Samsung Galaxy Folder posee pantalla táctil de 3,8 pulgadas, cámara de 8 Mpx trasera, cámara frontal de 2 Mpx, memoria interna de 8 GB expandible a 128 GB y batería de 1.800 mAh. Tiene un costo de 250 dólares aproximados.
Por ahora, estos aparatos sólo estarán disponibles en Asia y Europa. No está confirmada su llegada a Latinoamérica.
El ex jefe de las fuerzas aéreas de Japón, Toshio Tamogami, dice que las historias de atrocidades son "mentiras e invenciones"
70 años después del final de la Segunda Guerra Mundial, las voces revisionistas en Japón son cada vez más fuertes y están empezando a normalizarse, sobre todo en la cuestión de las "mujeres de confort", forzadas a ser esclavas sexuales para los soldados japoneses durante la guerra.
Una de las voces más elocuentes del revisionismo es Toshio Tamogami.
Tamogami es una persona educada, culta y, cuando lo conocí, exquisitamente amable.
El antiguo jefe de gabinete de la fuerza aérea japonesa cree en una versión de la historia que se contradice profundamente con la que tiene el resto del mundo.
Pero es una versión cada vez más popular entre los jóvenes japoneses, cansados de oír que tienen que seguir pidiendo perdón a China y Corea.
Lee Ok Seon dice que fue "secuestrada".
El año pasado, Tamogami se presentó a las elecciones a gobernador de Tokio. Acabó cuarto, con 600.000 votos. Y, sorprendentemente, logró casi un 25% de votos entre los jóvenes entre 20 y 30 años.
"Como una nación derrotada, solo enseñamos la historia que nos enseñaron los vencedores", dice.
"Para volver a ser una nación independiente, necesitamos alejarnos de la historia que nos imponen. Debemos recuperar nuestra propia historia, de la que estamos orgullosos".
En la historia "verdadera" del siglo XX de la que habla Tamogami, Japón no fue el agresor, sino el liberador.
Los soldados japoneses lucharon de forma valiente para expulsar a los odiados imperialistas blancos que subyugaron a los pueblos asiáticos durante 200 años.
Es una historia de orgullo, en la que Japón, solo en Asia, fue capaz de vencer a los opresores europeos.
Es también una versión de la historia que no deja espacio para los japoneses que cometieron atrocidades contra otros asiáticos.
Tamogami cree que Japón no invadió la península de Corea, sino que "invirtió en Corea y también en Taiwán y Manchuria".
La BBC le preguntó sobre la invasión de China en 1937 y la masacre de civiles en la capital, Nanjing.
"Puedo decir que no hubo masacre de Nanjing", dice, defendiendo que "no hubo testigos" que vieran a los soldados japoneses masacrando a civiles chinos.
Es cuando le pregunto sobre el tema de las "mujeres de confort coreanas" que son las más indignantes negaciones de Tamogami.
Dice que se trata de "otra invención". "Si eso es cierto, ¿cuántos soldados tuvieron que ser movilizados para llevarse a esas mujeres a la fuerza? ¿Y esos hombres coreanos simplemente miraban cómo se llevaban a sus mujeres a la fuerza? ¿Eran todos los hombres coreanos unos cobardes?"
Aunque puede que no lo digan en voz alta y tan claramente como Tamogami, es una versión de la historia que creen muchos nacionalistas japoneses.
A principios de este año, una sesión conjunta del Congreso de Estados Unidos en Washington, el primer ministro Shinzo Abe expresó una gran pena por el sufrimiento causado por Japón durante la II Guerra Mundial.
Abe no niega que hubiese mujeres coreanas sirviendo como "mujeres de confort" cerca de los frentes bélicos en China y en el sureste de Asia.
Pero ha dicho insistentemente que no hay pruebas de que estas mujeres fuesen coaccionadas o que el ejército japonés participase en su reclutamiento y encierro.
Lo que parece decir entre líneas es que estas mujeres eran prostitutas.
Es un área muy turbia. Las chicas de familias pobres han sido vendidas para la prostitución en Japón, Corea y China durante siglos, y la práctica todavía se desarrollaba en las décadas de 1930 y 1940.
Pero esto no absuelve de responsabilidad al ejército japonés.
"Fuimos secuestradas"
En un valle tranquilo a una hora de Seúl hay una pequeña casa de cuidados llamada la Casa de Compartir.
Es donde algunas de las últimas "mujeres de confort" que han sobrevivido reciben cuidados en su vejez. Aquí solo quedan diez.
Lee Ok Seon es una mujer pequeña, de 88 años, con pelo blanco y grueso, y dentadura postiza. Se ríe cuando intento convencerla de que me hable en chino.
Lee pasó 65 años en China y solo volvió a Corea del Sur hace 15 años.
Lee nació en la ciudad portuaria de Busan, en la punta sur de la moderna Corea del Sur. Su familia era pobre y ella fue enviada a trabajar a la edad de 14 años.
"Tuve que empezar a trabajar como empleada doméstica para una familia. Un día que estaba en la calle, me secuestraron", dice.
Lee dice que dos hombres la agarraron y la pusieron en un tren. "Cuando paramos, me di cuenta de que habíamos cruzado la frontera con China. Fui enviada a un lugar en el que había todavía varias 'mujeres de confort'".
A las puertas de la embajada japonesa de en Seúl se erigió un monumento en honor de las "comfort women".
"Me pregunto por qué nos llamaron así. No fuimos por voluntad propia, fuimos secuestradas. Me obligaron a tener sexo con muchos hombres cada día".
Lee pasó tres años en un burdel cerca de un campo militar japonés en Manchuria. Le pregunté por qué no intentó escapar.
"¡Claro que intenté escapar, varias veces!", exclama. "Me atraparon y me pegaron, una y otra vez".
"La policía militar me preguntaba que por qué quería escapar y yo les decía que porque tenía frío y no tenía comida. Me pegaban otra vez y me decían que hablaba demasiado".
Dice que perdió parte de su capacidad auditiva y algunos dientes debido a esas palizas.
Los revisionistas como Tamogami dicen que las mujeres como Lee Ok Seon han sido preparadas para embellecer sus historias; que son instrumentos del gobierno surcoreano en su intento de humillar a Japón y apretarlo para sacarle dinero.
Es evidente que el gobierno de Corea del Sur utiliza este tema para sus propios fines políticos.
Pero hay muchas más pruebas de que el ejército japonés organizó el sistema de mujeres de confort, también gracias a los hombres japoneses que sirvieron en el ejército imperial japonés en China.
"Es ridículo negarlo"
Masayoshi Matsumoto tiene 93 años y vive con su hija en los límites de Tokio. Tiene una cara agradable y los penetrantes ojos de un hombre mucho más joven.
Cuando tenía 20 años, sirvió como camillero en el noroeste de China.
Masayoshi Matsumoto, ex soldado japonés: "Me considero un criminal de guerra".
"Había seis 'mujeres de confort' para nuestra unidad", me dice.
"Una vez al mes, las analizaba por si habían adquirido enfermedades de transmisión sexual", relata.
"Las mujeres coreanas eran sobre todo para los oficiales", señala. "Así que los soldados normales atacaban los pueblos gritando: '¿Hay buenas chicas aquí?'. Esos soldados robaron, violaron o mataron a los que no les hacían caso".
Las que eran capturadas eran llevadas a la unidad de Matsumoto para servir como "mujeres de confort".
Tras la guerra, Matsumoto se convirtió en sacerdote para intentar reparar sus pecados. Durante décadas, no dijo nada de lo que había visto.
Pero luego, a medida que crecieron las voces de la negación, él se fue llenado de justificada indignación y decidió hablar.
"Es ridículo… Abe habla como si esto fuera algo que él presenció, pero no fue así. Yo sí lo presencié", dice Matsumoto.
"Alguien me dijo que el que no mira atrás y percibe el pasado, repetirá sus errores", agrega.
"Pero Abe cree que puede borrar cualquier cosa mala que Japón haya hecho en el pasado y pretender que nada ha sucedido. Por eso no puedo perdonarlo".
Matsumoto se sienta en la silla y ríe.
"Un día, la derecha vendrá y me llevará por decir estas cosas", dice, y hace el gesto del cuchillo sobre la garganta con un dedo.
Parece poco probable, pero Matsumoto y todos los supervivientes tienen ahora 80 o 90 años.
Pronto se habrán ido, mientras que las voces de la negación crecen y se hacen más audibles.
Sobre las escaleras quedó la sombra de un hombre que esperaba sentado aquella mañana del 6 de agosto de 1945.SUn hombre espera sentado en las afueras del banco Sumitomo en Hiroshima en la mañana del lunes 6 de agosto de 1945.
Esa mañana pertenecía a un verano de las postrimerías de la II Guerra Mundial: Alemania se había rendido el 8 de mayo de 1945 y solo restaba ponerle el sello final al conflicto del Pacífico entre EE.UU. y Japón.
Para conseguirlo, el ejército estadounidense estaba reduciendo a cenizas las ciudades estratégicas de Japón, como Tokio y Kyoto. Sin embargo el imperio del sol, que agonizaba, se rehusaba a firmar la rendición incondicional.
Hasta aquel 8 de agosto de 1945. Hasta esas 8 y 14 de la mañana, cielo límpido y un hombre que esperaba sentado sobre unas escaleras.oA este efecto que fue causado por las fuertes temperaturas se le llamó "efecto sombra" o "sombra atómica".
Un hombre que podría estar pensando en el final de la guerra, en el futuro de su país o simplemente en lo que haría con el dinero que sacaría de las taquillas del banco.
Hiroshima, una tranquila localidad de 300.000 habitantes ubicada en el sur de Japón, caminaba normal sobre una mañana parecida a tantas.
La mayoría de las "sombras atómicas" se produjeron cerca del hipocentro de la explosión nuclear.
Nadie, ni los científicos del proyecto Manhattan, ni el presidente Truman, ni Paul Tibbets, el comandante del Enola Gay que contenía la bomba, ni el emperador Hirohito, pero sobre todo, ninguno de los habitantes de Hiroshima incluyendo el hombre sentado a la entrada del banco, podían sospechar el efecto devastador que tendría aquel artefacto y que partiría la historia del mundo en dos.
A las 8:15 de la mañana "Little Boy" estalló 600 metros antes de alcanzar el suelo y la tierra ardió en pocos segundos.
La bomba atómica, la primera jamás caída sobre una población civil.
Una inmensa nube se elevó por el cielo mientras el poder destructivo equivalente a13 toneladas de TNT se expandía por el suelo cargando una tufarada radioactiva.
Miles de personas se esfumaron por el calor en un radio de un kilómetro. Entre ellos estaba el hombre sentado esperando que abrieran el banco, pero nunca la muerte.
Junto a él, se estima, murieron 70.000 personas en el acto. Otras 160.000 agonizarían en el curso de los días, los meses, los años.
El efecto sombra
Sabemos que un hombre estaba sentado allí porque dejó su sombra. La temperatura, que alcanzó el millón de grados centígrados, hizo que algunos cuerpos y objetos que recibieron la explosión dejaran una sombra en el suelo.
En las paredes. En los árboles.
Aquello se conoció como el "efecto sombra" o "sombra radioactiva".
Después del estrépito de la bomba – a la que se unió la explosión en la ciudad de Nagasaki, tres días después- y de que Japón firmara la rendición el 2 de septiembre de 1945, el país fue ocupado entre otros por el ejército de Estados Unidos.
Y fueron sus soldados quienes, junto al fotógrafo Yosuke Yamahata, registraron la profunda devastación que habían causado las bombas, no solo en Hiroshima sino también en Nagasaki.
Caminando entre rastrojos de una guerra que parecía desconocida, los soldados de EE.UU. se encontraron con la sombra del hombre en la entrada del banco de Japón. Las piedras se tornaron blancuzcas por el efecto de la radiación, resaltando más el efecto de la sombra.
Lo mismo ocurrió en un puente ubicado a900 metros del hipocentro, donde se encontraron los rastros de luz que habían filtrados los balaustres de la construcción.
"Allí se puede ver cómo la luz emitida por la bomba creó el efecto sobre el asfalto. En algunas zonas del puente se descubren formas humanas de la gente que estaba caminando aquel día sobre este lugar", se puede leer en el material entregado por el Museo de la Memoria de Hiroshima a BBC Mundo.
Aunque muchas de estas sombras se han ido desvaneciendo a través de los años, las imágenes captadas por Yahamata o por los soldados estadounidenses fueron suficientes para dar otro testimonio sobre el macabro poder que la bomba atómica tuvo aquel 6 de agosto de 1945.